Obesidad infantil en México se duplicó; riesgos en Puebla | Perspectiva

Un grave problema de salud se ha presentado en México pues la obesidad infantil de México se duplicó en los últimos 20 años, de acuerdo a los organismos Save the Children y el Centro de Excelencia e Innovación para los Derechos y Oportunidades de la Niñez (CEIDON).
Por si no fuera suficiente, la mala nutrición, el sobrepeso y la diabetes en la infancia se han disparado en México. Se estimó que la obesidad infantil entre niñas y niños de 5 a 11 años casi se duplicó en los últimos 20 años, pasando del 9% en 1999 a 17.5% en 2023, según el Atlas de Riesgos para la Nutrición de la Niñez en México publicado por el CEIDON y Save the Children.
En la actualidad, cientos de miles de niños y niñas en el país padecen una nutrición inadecuada o malnutrición, situación que se agrava en los entornos más vulnerables; la falta de acceso a una alimentación sana y equilibrada desencadenó problemas de salud que responden a la falta de recursos en las familias y a factores como la violencia generalizada, los malos tratos dentro de los hogares, la interrupción de la lactancia, el cambio climático, las alteraciones en la producción de los alimentos, la falta de acceso a agua potable y el grado de educación en las familias.
La investigación realizada mostró que 21 estados, de los 32 del país, tienen un riesgo considerable de que la niñez tenga sobrepeso y obesidad en los primeros 9 años de vida. Entre los más vulnerables destacaron Nayarit, Baja California Sur, San Luis Potosí, Coahuila y Tamaulipas.
El estudio, de 140 páginas, analizó grupos de edad, en el rango de edad de 0 a 3 años donde Puebla destacó con el 65.3% de las niñas y niños en esta categoría, representando el porcentaje más alto en comparación con otros estados y sugiriendo un potencial foco de atención en términos de intervención nutricional. A Puebla le siguen Quintana Roo con un 27% y Tlaxcala y Ciudad de México con 25%.
En el riesgo de desnutrición crónica o baja talla, en el rango de edad de 7 a 9 años, Oaxaca tiene el 39.8%, lo que lo coloca como el estado con el mayor riesgo; Yucatán sigue con un 30%, indicando un alto riesgo y Chiapas mostró un 27.7%, destacándose como un área de atención prioritaria. Tabasco, Tlaxcala y Puebla, pues también muestran porcentajes que requieren atención (20.1%, 15.2%, y 14.3%, respectivamente).
En riesgos de baja talla destacó Puebla con el 19.144%. En el análisis global de niñas y niños entre 0 a 9 años con riesgo de sufrir sobrepeso y obesidad al menos una vez en ese periodo de tiempo, la situación de Nayarit y Baja California Sur es alarmante, al alcanzar porcentajes mayores al 90% de riesgo.
Otras entidades con porcentajes de riesgo por arriba del 50% de probabilidad son San Luis Potosí, Coahuila y Tamaulipas. Por su parte, Querétaro, Baja California, Michoacán, Guanajuato, Nuevo León, Jalisco, Aguascalientes, Sonora, Veracruz, Durango, Guerrero, Morelos, Zacatecas, Tabasco y Colima, tienen porcentajes de dos dígitos. Puebla tiene riesgo de 0.88%.
En el nivel de riesgo de padecer sobrepeso y obesidad, según grupo de edad, Puebla tuvo los siguientes: De 0 a 3 años es el 0.02%; de 4 a 6 años aumenta a 6.24% y de 7 a 9 años es del 0.42%.
En el riesgo de desnutrición crónica o baja talla, en niñas y niños de 0 a 9 años con probabilidad de tener una talla estándar por debajo de la mediana, Yucatán es un caso particular al tener prevalencia y riesgo con baja talla; sin embargo, en estados como Sinaloa, Estado de México, Puebla y Tlaxcala, es necesario que se ponga atención en implementar políticas de prevención que remitan el riesgo de que las niñas y niños de 0 a 9 años tengan baja talla en el futuro.
En México más de 16 millones de niños y adolescentes de 5 a 19 años son obesos o tienen sobrepeso, según datos oficiales. La obesidad infantil se ha convertido en un problema de salud pública grave que ha aumentado de forma alarmante en los últimos años y que padecen casi todos los países del mundo.
Los especialistas señalaron que el incremento está ligado con altos niveles de azúcar, grasas y sal que tienen estos alimentos y bebidas. La última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición advirtió de este grave problema de salud pública. Problemas de salud que estarán relacionados en el futuro con el desarrollo de diabetes, anemia o tendencia a la depresión durante la etapa adolescente.
Esa práctica de consumo se perpetúa en las familias y es muy difícil desprenderse de ella. Los hijos comerán lo mismo que sus padres si no existen políticas más exhaustivas que fomenten otros hábitos alimenticios. El 82.6% de las niñas y niños mexicanos menores de 5 años toman bebidas azucaradas, una cifra que llega hasta el 93% de 5 a 11 años y el 90.3% de 12 a 19 años, señalaron en el informe.
En contrapartida, el consumo de frutas y verduras se ha reducido año tras año, con porcentajes menores al 30% y ha sido sustituido por la ingesta de cereales azucarados.
Dijeron los especialistas que pese a los desequilibrios que todavía mantiene la desnutrición y la malnutrición en el país, se trata de un tema que “va de salida” del sistema de Salud Pública en México. “Hay regiones y condiciones específicas en las que, pese al avance, aún hay riesgo”, afirmaron en el Atlas.
“Estamos convencidas de que, para garantizar el derecho de las niñas y niños a la nutrición, el camino está en la colaboración. Cuando el Gobierno, el sector privado y la sociedad civil trabajan juntos con un propósito común, los cambios se vuelven posibles y sostenibles”, explicó Nancy Ramírez, Directora de Incidencia Política y Temas Globales de Save the Children México.
El llamado de la sociedad civil está dirigido a los Gobiernos Estatales y el Gobierno federal para impulsar la Estrategia Nacional de Alimentación (2024 – 2030), un plan que incluye asignación de recursos, mejoras en la coordinación interinstitucional y fortalecimiento de las políticas públicas. En juego está el derecho a la nutrición de cientos de miles de niñas y niños en el país.