Las mujeres en Puebla que deciden emprender se enfrentan al cambio en los precios de los productos que venden, a la competencia y, en algunos casos, a la discriminación. Sin embargo, no cambian por nada ser dueñas de su propio tiempo y de las ganancias que perciben. De acuerdo a un análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), la participación económica de las mujeres en México es del 46%.

Si bien México aún está lejos del 67% de participación femenina en las actividades económicas en países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), cada día más mujeres se unen a este ámbito.

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Además, el IMCO reveló que si Puebla logra alcanzar la participación económica de las mujeres al promedio de la OCDE, el Producto Interno Bruto (PIB) podría aumentar un 6.8% hasta el 2035.

En pleno 2025, las mujeres siguen enfrentando comentarios machistas que desacreditan su trabajo, también a los cambios económicos que han traído aumento en los precios de productos importados de Estados Unidos. MGM Noticias conversó con tres mujeres dedicadas al comercio, a los servicios para mascotas y al servicio de taxi por aplicación, quienes compartieron sus experiencias como emprendedoras.

Pandemia no fue impedimento para mujeres emprendedoras

Mariana Fuentes inició su estética canina “Perrucan” luego de que trabajó en otros lugares especializados en cuidado de mascotas. Decidió emprender en plena pandemia de COVID-19, cuando varios vecinos le pidieron pasear a sus mascotas, como lo hacía con sus seis perros.

Aparte del paseo, Mariana abrió su propio negocio en un espacio pequeño con instrumentos básicos para bañar a perros. Con el tiempo, fue comprando más artículos para mascotas. Comentó que su principal reto es la competencia, pues cerca de su local en la colonia Bugambilias, en la ciudad de Puebla, existen cuatro veterinarias y estéticas más.

Su negocio no solo da servicios de estética y venta de artículos, sino que también le ha permitido rescatar animales que sufren maltrato, hasta la fecha, comenta que ha rescatado aproximadamente a 20.

El caso que recuerda con más impacto fue el de Luz Clarita, una perrita que tenía larvas en la piel y que estuvo bajo tratamiento por tres meses, mismo que logró costear con el apoyo de la comunidad.

El negocio no solo la sostiene a ella, sino que también le ha ayudado a pagar los gastos veterinarios de los perros rescatados y contratar a otra persona.

“Me gusta ayudar a los animales porque son seres que no tienen voz y dependen de nosotros, pero si en mis manos está apoyar a alguien, a una mujer, que lo necesite con gusto lo voy a hacer”, dijo.

Aconsejó a las mujeres no tener miedo y emprender o desempeñarse en su vocación o talento:

“Tu siempre tienes que ver por ti misma, así te digan ‘no vas a poder’, todo depende de ti, de qué tantas ganas le quieras echar, de salir adelante (…) al final de cuentas, cuando no esté tu familia, tu mamá, cuando no esté alguien que te apoye, el único apoyo eres tú, tú tienes que echarte esos ánimos de salir adelante”, comentó.

En agosto de 2020, Miriam Bertheau comenzó a vender ropa de plataformas asiáticas como Shein a través de internet y transmisiones en vivo en redes sociales, bajo el nombre de Medusa Store, fue una forma de generar ingresos luego de que decidió dejar la licenciatura en Historia.

“Estaba harta de toda esa meritocracia, todo es político (…) invertimos cinco años en estudiar, para que te terminen pagando 6 mil, 4 mil pesos al mes, las humanidades están muy mal pagadas, definitivamente la mejor decisión que pude haber tomado fue haber dejado la universidad”, expresó.

En cinco años, Miriam pasó a ocupar tres de los cuartos de su casa para abrir una tienda y expandió su negocio para vender bolsas, zapatos, tenis, ropa para hombre, niñas y niños, así como disfraces y hasta artículos electrónicos en la ciudad de Tehuacán.

Lograr tal crecimiento no fue fácil, hubo meses que el dinero que recibía era para pagar los gastos que generaba el negocio, incluso llegó a liquidar ropa con la idea de comenzar a vender alimentos orgánicos.

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Se enfrentó a las reglas de sanidad de la pandemia de COVID-19 y al encierro, a los precios inestables del dólar cuando adquiría la ropa en Estados Unidos, derivados de la situación política y económica.

“No es lo mismo comprar con el dólar a 17 que con el dólar a 21 (…) también le subieron más el impuesto a los textiles americanos, entonces nos pusimos a buscar a proveedores nacionales”, relató.

A pesar de las dificultades, logró salir adelante y cuenta que haber dejado la universidad y dedicarse a las ventas la ha llenado de satisfacción, por lo que aconsejó “no darse por vencido” al emprender un negocio.

Comentó que una de las bondades es ser “tu propio jefe” y poder tomarse un día o hasta una semana. Sin embargo, también ha tenido que sacrificar cenas navideñas con su familia y ha tenido jornadas de hasta 10 horas.

“Si bien ser emprendedor es absorbente, requiere mucho tiempo, también te da libertad, no tienes que rendirle cuentas a nadie, un solo día de ventas te puede compensar una semana entera de ausencias”, dijo.

Mujeres al volante

En 2017, Aidé Báez empezó a conducir un vehículo de plataforma, pero lo dejó en 2024 para integrarse a otro empleo, aunque lo retomó porque le gusta manejar.

“No hay mejor cosa que trabajar en algo que te gusta a mí me encanta interactuar con muchas personas, aquí a diario conozco a muchos tipos de personas y a parte termino de conocer todo Puebla”.

Sin embargo, expuso que se ha enfrentado a discriminación, pues en una ocasión un usuario de la tercera edad rechazó tomar un viaje con ella porque era mujer.

“A la hora que el señor iba abordar, ya no quería subir porque decía ‘yo con una mujer no me subo’, yo me quedé impactada y molesta a la vez porque me sentí indiscriminada”, dijo.

Comentó que se siente satisfecha para hacer ese trabajo, pues es una actividad que le gusta y una de sus cosas favoritas es manejar un vehículo, por lo que incluso hace viajes a la Ciudad de México y Tlaxcala.

Mencionó que el principal reto es hacer bien tu trabajo y las personas se quedan en su destino satisfechas. Aunque está casada, le gusta pensar que es un equipo junto con su esposo, pues así le apoya con los gastos de su hogar.

Como Mariana y Miriam, la señora Aidé alentó a otras mujeres a trabajar y buscar independencia financiera: “Independientemente si tienes pareja o no, no hay mayor orgullo que tener dinero, decir ‘este dinero es mío’ y que una se sienta útil.

Editora: Socorro Juárez

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