Tremores. Es la canción que, en estos momentos, suena en Rectoría de la BUAP, desde donde no han podido contener el enojo estudiantil. Como suele pasar en las protestas universitarias, comienza en una facultad y se riega en las demás. Y más cuando no hay sensibilidad o respuestas concretas a peticiones definidas. No había “mano negra”, ni intereses oscuros, tal parece que las solicitudes, además de legítimas, tenían sustento. Pero nadie las quiso escuchar. Ahora el rectorado de la primera mujer en dirigir la máxima casa de estudios del estado se tambalea, y más cuando tienes a personajes, esos sí, oscurísimos, tenebrosos, que están en el primer círculo de la doctora Lilia Cedillo. Desde la Secretaría General, pasando por algunas vicerrectorías, direcciones, jefaturas de área, hasta Comunicación Social, lo único que hicieron fue crear una burbuja que está a punto de reventar. En redes piden la intervención del Gobierno estatal, sin saber (como comúnmente pasa) que la BUAP es una institución autónoma, pero no duden que desde Palacio de Gobierno siguen con lupa lo que sucede ahí. Lo que menos necesita es un escándalo o tener a los futuros profesionistas en las calles protestando. Si la rectora no da un manotazo en la mesa o un giro de 180 grados, o comienza a haber ajustes en las direcciones, no sólo la reelección está en la cuerda floja, sino lo que queda de su gestión.

¿O no?

Aranceles insostenibles

Sí, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que los aranceles a Canadá y México van, pero hizo dos precisiones. Recular, le dicen (ya saben cómo les dicen a los que reculan). Primero: que se posponen hasta el 2 de abril, o sea, ooootro mes más. Segundo: que no va a ser para todas las exportaciones, sino serán “selectivas”. ¿Porqué este cambio discursivo? Bueno, pues las cifras de le economía no son buenas, aunque tengan una moneda fuerte (basada no en oro, sino en armas y sangre) y mercados bursátiles boyantes, la realidad está fuera de los pisos de remates, en las calles, donde hay pobreza, gente sin hogar (los llamados “homeless”), deudas impagables, y si a eso le suman que la inflación no se detiene, está a un milímetro de una revuelta social. Ya vio o le soplaron que si pone tarifas a los alimentos, los precios se dispararían; lo mismo a los autos (la mayoría, de empresas gringas), entre otros sectores. Ahora se entiende por qué la urgencia de explotar las tierras raras de Ucrania o vender su “Golden Card”. Estados Unidos carece de efectivo, de dinero para continuar con su “American Way of Life”. Sí, también retumbó en la Casa Blanca la palabra “redireccionar” que mencionó la presidenta Claudia Sheinbaum, sobre mandar a otras latitudes los productos mexicanos. Mercados hay, y muchos, diferentes, como Asia, Medio Oriente y hasta la propia Europa. Veremos cómo avanzan las cosas, por lo pronto: Trump 0, Claudia 3.

¿O no?

Editor: Fabián Sánchez