¿Te encuentras enamorado?
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14 de febrero, una fecha que con el paso de los años ha adquirido diferentes significados para cada persona. El Día del Amor y la Amistad es muy especial para muchos, especialmente para quienes están enamorados, ya que disfrutan compartir este día con esa persona especial. Pero, ¿qué dice la ciencia sobre todo esto? ¿Es cierto las mariposas en el estómago? ¿Realmente nos volvemos los más felices del mundo y olvidamos todo lo demás? Será interesante descubrir el papel que juega nuestro cerebro en este fenómeno.
Las Hormonas, feromonas y neurotransmisores juegan un papel fundamental en la neurobiología del amor. En el cerebro, se activan distintos procesos y la concentración de hormonas se incrementa cuando estamos cerca de alguien a quien amamos.
Desde una perspectiva bioquímica, el enamoramiento comienza en la corteza cerebral, luego se transmite al sistema endocrino, generando una respuesta fisiológica y cambios químicos debido a la liberación de dopamina en el hipotálamo.
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Todo inicia con una atracción física, seguida de una conexión personal. El enamoramiento se activa cuando hay indicios o certezas de que existe reciprocidad.
Según la ciencia, el “juego del amor” es un proceso neurológico que involucra diferentes regiones del cerebro: el hipotálamo, la corteza prefrontal, la amígdala, el núcleo accumbens y el área tegmental frontal.
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Arthur Aron, a través de escáneres cerebrales, descubrió que durante la fase inicial del enamoramiento, la actividad en el área tegmental aumenta, convirtiéndolo en una fábrica de dopamina.
Un estudio realizado por neurólogos reveló que estar enamorados no solo afecta nuestras emociones, sino también nuestras funciones cognitivas de alto nivel. Es decir, el amor mejora nuestro comportamiento.
Cuando nos enamoramos, experimentamos reacciones como un fuerte deseo de intimidad física, anhelo de reciprocidad, temor al rechazo, pensamientos constantes sobre esa persona que interrumpe nuestra rutina diaria, pérdida de concentración, una notable actividad fisiológica al estar cerca de la persona amada, el foco exclusivo de esa persona y su idealización.
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Hasta 12 regiones cerebrales participan en el proceso de enamoramiento. Al pensar o mirar a alguien que nos atrae, se liberan neurotransmisores como adrenalina, dopamina, serotonina, oxitocina y vasopresina.
Estas sustancias son esenciales para comprender por qué nos enamoramos. Los estudios muestran que, cuando experimentamos el primer amor, los niveles de serotonina disminuyen drásticamente, y los centros de recompensa del cerebro se inundan de dopamina.
Editora: Socorro Juárez