Lecciones de periodismo | Tremores
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Tremores. Lo que vimos todos en las Mañaneras del Pueblo del lunes y martes es una lección de cómo NO hacer periodismo. Podemos cometer errores, sí, somos humanos y estamos a la vista de todos. Hacer las mismas preguntas buscando respuestas diferentes es absurdo. Pero, también, es el reflejo de un medio de comunicación que pasó de ser referente de lucha contra la censura a uno más del montón. La reportera de Proceso, Dalila Escobar, fue enviada por sus jefes a exhibirse frente a la presidenta Claudia Sheinbaum y al fiscal Alejandro Gertz Manero. Las dos veces, el lunes y martes, la mandataria mostró elegancia para no caer en las provocaciones ni tampoco ridiculizar a la periodista, a pesar de la insistencia. Además, el medio, al ver la primera intervención y el revuelo que hubo en redes, pecó de volver a mandarla y obligarla a realizar ciertas preguntas… o fue plan con maña. Por lo pronto, las grabaciones de ambos intercambios son las delicias de los críticos de los medios y de los fans de la 4T.
¿O no?
Santísimos reveses, Batman
Con pertinaz insistencia y sustentada, cada medida que el gobierno de Estados Unidos implementa confirma que lo hacen con el hígado, sin ver números ni por lo menos analizar si tendrá repercusiones. Los fucking aranceles al aluminio y al acero impactarán a las industrias… ¡gringas! O por lo menos eso afirmó, este martes, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard. Con el argumento que, en ese rubro, México tiene déficit (importa más de lo que exporta) respecto a la Unión Americana, pues es, literal, irrisorio (eso lo decimos nosotros), ilógico. Es, como se ha dicho hasta el cansancio, un “balazo en el pie”. Un absurdo total lo que firmó Trump. Ahora falta que, por eso, si no le sale el tiro, nos eche la culpa. ¡Ay México, tan lejos de Dios!
¿O no?
Ya ni la burlan perdonan
Dinamarca se burla de forma evidente de Donald Trump. O como decíamos la Generación X: “ya lo agarraron de su puerquito”. Casi 200 mil daneses han firmado una petición denominada Denmarkification, (dinamarquización en español), con la idea de juntar un billón de dólares para comprarle a Trump el Estado de California, con todo y el letrero de Hollywood. Ha generado tanto revuelo que el tema llegó a la OTAN, donde se hizo referencia a la petición ciudadana. Obvio, es en respuesta a las intenciones del magnate de arrebatarles, a plata o plomo, la isla de Groenlandia. ¿Lo malo? Este personaje naranja no tiene escrúpulos y, la neta, le vale gorro lo que pensemos de él. Más burlas, más violencia.
¿O no?