Epidemia en dos ruedas | Tremores



Tremores

Tremores. Si usted, querido, querida lectora, es conductor cotidiano de automóvil en la capital poblana, ya habrá notado el número, cada vez más creciente, de unidades de dos ruedas que circulan por las calles. La pregunta no es por qué tantas, sino ¿cómo regularlas? Además de que hay una evidente falta de educación vial de los motociclistas. Se meten por cualquier hueco que encuentran, invaden las cebras peatonales, circulan por las ciclovías y, a veces, van montadas hasta cuatro personas, sin tomar en cuenta el peligro. No usan casco, ni protección, o conducen en chanclas y shorts. Las motos, en cuestión de unos años, se volvieron una verdadera epidemia callejera, con las consecuencias funestas que tienen por su forma de manejar. Ahora que hay concesionarios chinos, las hay eléctricas, lo que también se vuelve un riesgo por lo silencioso, no se escucha cuando están cercanas. En el Congreso de Puebla hay varias iniciativas, por lo que urge una regulación severa que ponga en orden a esta plaga en dos ruedas. Si va usted a un Sam’s, Elektra, Walmart, Bodega o cualquier tienda de autoservicio, verá que hay flotillas enteras de motocicletas a precios ridículamente accesibles a cualquier bolsillo. Con eso entenderá por qué hay tantas unidades en la ciudad.

¿O no?

El lenguaje del oprobio

“Fantástico”, “hermoso”, “maravilloso”, son las palabras, traducidas al español, que Donald Trump ocupa con mayor frecuencia para esconder un discurso agresivo contra quien tiene en la mira, para beneplácito de sus huestes, simpatizantes y electores. El presidente de Estados Unidos, cuando puede, pone un “beautiful” en cada misil que lanza. Un ejemplo: “arancel, la palabra más bonita del idioma” –claro, in english–, o para referirse a la limpieza étnica que buscan hacer en Gaza. Es decir, aderezar o endulzar las palabras para esconder las intenciones malignas, sólo la hacen personajes totalitarios. Los mañosos, tenebrosos y miserables.

¿O no?

Aguas con los clones

Otro clon de Donald Trump que anda muy envalentonado con la llegada del magnate a la Casa Blanca es Javier Milei, el presidente “libertario” (sic) de Argentina. Emulando al fascista gringo, el palermitano copió la decisión de salirse de la Organización Mundial de la Salud, igualito al de Estados Unidos. ¿La razón? El gobierno argentino afirmó que su membresía a la OMS cuesta 10 millones de dólares anuales de las arcas locales. Además de que no suscribirá ningún acuerdo pandémico que pueda “afectar la soberanía nacional”. Pero esto se veía venir: En su libro “Pandemonics”, publicado en 2020, Milei describió los confinamientos aplicados por la Covid-19 como un “delito de lesa humanidad”. Si tiene o no sustento este último argumento, algo es cierto: Trump, sin querer, o queriendo, está replicando a clones en diversas partes del mundo. Tres están en América: Daniel Noboa (Ecuador), Nayib Bukele (El Salvador) y Javier Gerardo. ¿Cuántos más saldrán a replicar sus locuras? Aquí en México hay varios, pero no tienen poder, sólo gritan. Son pipitilla, pues.

¿O no?

Editor: Fabián Sánchez

Copyright © 2025 MGM Noticias.  Todos los derechos reservados.