Una investigación realizada por la empresa Welch’s en Estados Unidos reveló que las madres dedican alrededor de 98 horas semanales a tareas relacionadas con el hogar y la maternidad. El estudio encuestó a 2 mil mujeres trabajadoras fuera de casa, con hijos de entre 5 y 12 años. La mayoría indicó que su jornada comienza a las 6:00 de la mañana y concluye a las 20:00 horas.

Las participantes señalaron que la maternidad conlleva la necesidad de seguir realizando labores incluso después de que los niños se duermen, como revisar tareas escolares, preparar uniformes o planificar las comidas del día siguiente, entre otras tareas.

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Por otro lado, las madres afirmaron que disponen de solo una hora diaria para ellas mismas, ya sea para realizar actividades que disfrutan o para su desarrollo personal. Sin embargo, no todas logran contar con ese tiempo, y muchas ni siquiera pueden darse el lujo de disfrutar de esa hora de descanso.

El constante ajetreo, los retos de la crianza y la gestión del hogar no solo agotan físicamente a las madres, sino que también afectan gravemente su salud mental. Según la investigación, el 40% de las madres siente que siempre tienen tareas pendientes, las cuales parecen no tener fin, mientras que el 70% expresa sentirse muy presionada por la necesidad de ofrecer a sus hijos una dieta saludable.

El trabajo doméstico, a menudo invisibilizado y poco valorado, enfrenta la creencia errónea de que las mujeres que se quedan en casa “no trabajan”. Sin embargo, las tareas del hogar son igual o más agotadoras que cualquier otro empleo remunerado.

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Además de la falta de reconocimiento, persiste la desigualdad en la distribución de estas responsabilidades. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), mientras los hombres dedican un promedio de 20 horas semanales a estas labores, las mujeres destinan 50 horas.

Aunque el trabajo doméstico no reciba una remuneración, no por ello carece de valor. Al contrario, su contribución es fundamental para el desarrollo integral de las personas que habitan en el hogar, ya que es clave en la crianza, la salud y la educación, lo que repercute en el crecimiento emocional, físico y social de los miembros de la familia.

Editora: Socorro Juárez

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