En celebración de Año Jubilar, pide Iglesia no caer en falsas esperanzas
Durante la homilía por el inicio del Año Jubilar, Francisco Javier Martínez Castillo, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Puebla, exhortó a feligreses a no caer en falsas ideologías y esperanzas, al sentenciar que la verdadera fe está en Jesucristo.
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Por su parte, al final de la ceremonia, el arzobispo Víctor Sánchez Espinosa pidió por la fortaleza de las familias poblanas.
Lo anterior en la Catedral Metropolitana de Puebla, para celebrar, como cada 25 años, el tiempo especial de gracia y renovación espiritual para los fieles con el Año Jubilar.
La celebración inició a las 9:00 horas con una procesión desde el Templo Conventual de Nuestra Señora del Carmen, en la avenida 16 de Septiembre hasta la Catedral, donde se llevó a cabo la apertura solemne de la Puerta del Perdón, acto simbólico que invita a los fieles a reflexionar y renovar la fe.
Martínez Castillo destacó la importancia de este periodo como un tiempo para purificar el corazón y recibir al niño Jesús, ya que la celebración coincide con la festividad de la Sagrada Familia, lo cual añade un significado especial para este día.
En ese contexto, alertó a los feligreses a no caer en falsas ideologías que generan esperanzas superfluas que alejan a las personas de la fe, especialmente en tiempos de violencia e impunidad.
Al inicio de la homilía, agradeció la asistencia de los presentes, quienes abarrotaron la nave principal de la Catedral Metropolitana para iniciar la celebración jubilar, en específico a “ancianitos y enfermos” que asistieron a esta celebración religiosa, al recordar que “cada 25 años tenemos esta cita, con la misericordia de Dios”.
En ese contexto, alertó de ideologías que prometen “bienestar, crecimiento, desarrollo y plenitud, pero al final desembocan en un vacío y sin sentido de la vida que nos destruye el corazón y rompe los sueños; hemos creído que también la esperanza significa solamente adoptar una actitud optimista y pasiva, esperando recibir lo que pretendemos alcanzar, pero sin ningún esfuerzo; por eso, al final, encontramos vacuidad y no cumplimos nuestros más profundos anhelos”.
Por su parte, al final de la misa religiosa, el arzobispo explicó que el Año Jubilar es una oportunidad para que los católicos reflexionen sobre su vida espiritual, busquen la reconciliación y fortalezcan su relación con Dios.
Además de pedir por las personas enfermas y por las almas de quienes fallecieron, también oró por “la fortaleza de las familias”.