Trump, el “bulleador” | Tremores
Tremores. Las alarmas están encendidas. Donald Trump amenaza con implosionar, sin decirlo, a toda la economía, política y seguridad de Estados Unidos con tal de imponer su visión de Estado, la nación que es más un negocio, muy lucrativo. En la Unión Americana todo es lucro, desde la salud, la milicia, el patriotismo, el deporte, la ciencia… todo deja dinero, y no unos “tlalitos”, sino carretadas de dólares. Sí, en la ecuación entra la droga. Pero, ¿por qué la expulsación de migrantes? Porque encarece el ingreso. ¿Por qué la lucha contra la droga? Sube el precio. Si aplicamos el teorema de oferta-demanda, todo mercado ilícito es un poder corruptor. Eso lo sabe Donald Trump, que ha hecho la mayor parte de su fortuna mediante vías ilegales, o buscando lagunas en las leyes. Ahora que es mandatario electo, las acusaciones en su contra se han desestimado. El fuero, como lo conocemos en la aldea, es un benefactor. Envalentonado, Trump ataca con todo a México y Canadá, como si fueran sus enemigos, al saber que nada podrá hacer contra China y Rusia. Si sigue con su bullying a su vecino del sur, estaría cometiendo el error de sus antecesores: aventar a México a los BRICS, como lo hizo con Moscú al arrojarlo a los brazos de Beijing. El bulleador siempre termina bulleado. Karma, le dicen. ¿Por qué no ser más amables con quienes han sido nobles en su trato? Porque esa palabra, nobleza, no está en el diccionario del magnate. Es un bulldozer, arrasa. El problema es cuando las cosas se voltean. Claudia Sheinbaum le extendió la mano para trabajar juntos, Justin Trudeau se arrodilló. Es la diferencia, pero no dudemos que la presidenta mexicana va a dar manotazos en la mesa para no dejarse. Trudeau, pues, bueno, seguirá sometiéndose y, seguramente, cederá.
¿O no?
La selfie que se volvió meme
El Cruz Azul volvió a perder contra su archirrival, el América. De nueva cuenta, como dicen los enterados, la “cruzazuleó”, verbo que tendría que estar, ya, en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, como en su momento se incluyó “cantinflear”. Pero más allá de términos futbolísticos y lingüísticos, la Máquina tuvo a su peor apoyadora, porque, al parecer, le echó la sal, obvio, habría que preguntarle a una médium o a un chamán si se puede comprobar: Xóchitl Gálvez, la noche del domingo, subió a redes una foto con su camiseta del equipo cementero, en la tribuna del estadio Azul, o Ciudad de los Deportes. La selfie se convirtió en meme… y le dio mala suerte a la escuadra. ¿Por qué son así?
¿O no?