Dedazo naranja
Después de vivir más de dos décadas de caudillismo en Movimiento Ciudadano, encabezado por Dante Delgado, llegó el tiempo del dedazo. El registro de Jorge Álvarez Máynez como candidato a dirigir el partido “fosfo-fosfo” es la inobjetable formalización de una elección decidida. Es el candidato de la dirigencia nacional.
La renovación de la dirigencia prevista para el 5 de diciembre, a través de una elección interna, consolida el proyecto de Delgado Rannauro, de continuidad a través de un militante obediente al que se le entregó la estructura del partido en junio pasado.
Tras una pausa de cinco meses fuera de los reflectores, Álvarez Máynez regresa de la mano de Dante Delgado para encabezar el partido y así consolidar al primer abanderado presidencial emanado de las filas del partido como el elegido.
Y es que Álvarez Máynez es el preferido por Dante Delgado. Desde el 11 de junio pasado, expresó que su exabanderado presidencial es “el nuevo líder de México” y “el líder de las nuevas generaciones” al considerar que, desde su perspectiva, el excandidato presidencial hizo las mejores propuestas de campaña, tuvo el trabajo previo más consistente y fue el único contendiente con principios y valores.
Álvarez Máynez fue el rival más débil y el que tuvo nulas posibilidades de triunfo en las urnas así como señalamientos por parte del círculo rojo de ser un esquirol de la oposición. Con ese estigma caminó una campaña de mucha trivialidad. Su aspiración de trascender por el solo hecho de ser el primer candidato presidencial emanado de las filas de Movimiento Ciudadano fue su combustible. Aunque eso es parte del maquillaje y lo liviano de su talante político.
La marca de Álvarez Máynez es la del partido de la alegría efímera y de los jingles pegajosos, pero no hay densidad para dirigir un partido frente a lo que es en la actualidad Morena como partido de Estado.
Con Álvarez Máynez al frente de emecé, el fundador del partido afianza su poder y capacidad de mangonear al partido. Por eso no entra en un proceso de apertura a la ciudadanía. Se queda en un confort democrático interno que evita entregar cuentas y todo se queda en el círculo cercano de Dante Delgado.
Y es que con el nimio triunfo electoral del 2 de junio, y la sumisión de Máynez a los movimientos políticos de Dante Delgado, el exabanderado presidencial tiene el camino directo a la dirigencia nacional del partido, ya que es un premio de consolación y la seguridad de cubrir los intereses de Delgado dentro y fuera de la estructura del partido.
El dirigente nacional de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado lleva nueve años en total en el cargo, con un breve receso entre 2018 y 2021 en el que presidió el legislador Clemente Castañeda. Y su proyecto es la venganza contra el PRI y PAN. Con ellos, las alianzas no prosperaron, pero entregó capital político. Ahora, se retira de la escena, pero deja a quien le entregará cuentas futuras y lo obedecerá. Ya se verá.
Por: Israel Mendoza Pérez
X: @imendozape
Editora: Socorro Juárez