Tiempo de definiciones | Tremores



Tremores

Tremores. Estados Unidos está en la antesala de un proceso histórico que tiene un componente: polarización. Una sociedad dividida es peligrosa para cualquier país, y más por cuestiones raciales. Por ello, en estos momentos de total incertidumbre, no nos aventuraremos a hacer pronósticos, ni posibles sucesos, eso toca a otros personajes que, desde análisis sesudos y con datos específicos, crean posibles realidades… Algunas, demasiado alternas. Pero en fin. Ya los candidatos Kamala Harris y Donald Trump velaron armas, mostraron sus propuestas, mandaron mensajes sicilianos. ¿Quién ganará? Si el Barbón no lo sabe, menos nosotros. Las cosas están tan cerradas que un voto movería la balanza hacia un lado u otro. Está complejo. Lo que sí creemos es que gana quien gane habrá descontento, encono, división. Antes el pleito era entre blancos y negros, ahora es de blancos y negros contra latinos, árabes, chinos, rusos, balcánicos. Es mantener el estatus quo, o radicalizarlo, porque como dijimos hace unas entregas, la izquierda en Estados Unidos es inexistente, todo es derecha, una más drástica (republicana) que la otra (demócrata). No obstante, el panorama global es si mantendrá la hegemonía occidental o si se instalará a balazos, a bombazos. ¿Y para México? Con ninguno de los dos es benéfico. Nunca lo ha sido ni lo será. No lo fue con el PRI, ni con el PAN, ni con Morena. Fue AMLO quien se puso con Sansón a las patadas, y aunque no le fue tan mal, el dinero para desestabilizar a la 4T fluyó como nunca, vía las organizaciones de derecha. Fue el ahora expresidente quien comenzó a poner límites, y la actual mandataria, Claudia Sheinbaum, fue también tajante, sobre todo con el vocero de la élite global vestido de embajador, Ken Salazar. Eso sí, se acabaron las reverencias, las empinaciones, las cesiones y los “Sí, señor, lo que usted diga”. Ya no nos arrodillamos ante los yanquis, y si llega un bulleador como Trump, que vea que la presidenta va a ser la horma de su zapato. Que no nos avienten a los brazos de los BRICS por un capricho migratorio. Ojalá que todo sea en paz, que no haya violencia y sea un proceso electoral tranquilo. Si dicen ser los demócratas que tanto presumen, es la hora.

¿O no?

Más cerca de la capital

Sí, los hechos violentos de los últimos días se están acercando peligrosamente a la ciudad de Puebla. Lo que sucedió en Atlixco, cuando un grupo de malandrines llegó, literal, a rematar a un sujeto que estaba internado en un hospital, es una señal de alerta, una más, de que también el crimen se está reorganizando, y está dejando cadáveres por el camino. No sólo por competencia, sino por responsabilidad, los municipios deben trabajar en prevenir estos hechos. Aunque, sí, es reprobable lo que informó el gobernador en la Mañanera poblana: las y los ediles que se fueron dejaron desarmadas y sin patrullas a sus corporaciones locales. Por ignorancia o por mala leche, estos exfuncionarios deben ser sujetos a responsabilidades. Como ya empezó a actuar el alcalde capitalino, José Chedraui, con sus antecesores.

¿O no?

Editor. Fabián Sánchez

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