¡Tranquilícense! | Tremores
Tremores. Se equivoca quien esté cantando victoria adelantada, precipitada, por la decisión que tomó la Sala Regional Ciudad de México del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, respecto a las elecciones en los municipios de Venustiano Carranza y Chignahuapan. De entrada, hay que decir que esta resolución no es la definitiva. Pero, además, quedó muy claro que el Congreso del Estado actuó conforme a Derecho y con corrección jurídica. El tema todavía debe tener la resolución de la Sala Superior. Aquellos que estén celebrando el triunfo, echando cohetes, repicando las campanas y a punto de contratar a los mariachis, lo están haciendo con precocidad. Bájenle 70 rayas al tigre. Pero no solamente eso, aquellos que culparon al Poder Legislativo de todo este tinglado electoral, se equivocaron, rotundamente. De nuevo.
¿O no?
Uno de los tres grandes
Fernando Valenzuela rompió récords para un mexicano en las Grandes Ligas, pero también abrió una brecha que, debido al racismo persistente en Estados Unidos, no querían voltear a ver del otro lado de la frontera donde también había, hay, excelentes jugadores. Además, es uno de los tres grandes deportistas mexicanos que nos hicieron creer que todo es posible, que podemos estar en la élite del mundo. Fernando en el béisbol, Hugo Sánchez en el fútbol y Julio César Chávez en el box. Tres campeones en su disciplina. “Hugol” superando barreras raciales del otro lado del charco y JC, pues, literal, partiéndosela en el ring. Luego de ellos vinieron muchos en sus disciplinas, como Lorena Ochoa en el golf, Ana Gabriela Guevara en atletismo, hasta el propio Sergio “Checo” Pérez en automovilismo. ¿Qué diferencia a los exitosos de las leyendas? Su arrastre. Literal cuando “El Toro” subía al montículo, el país se paralizaba. Llevó a una nueva legión de fanáticos a Dodger Stadium. Hugo lo hacía cada fin de semana vestido de merengue, y las peleas de Julio César Chávez eran motivo de reunión sabatina, sólo para verlo. Hasta Ana Guevara detuvo la actividad para ver los 50 segundos más vibrantes de los 400 metros planos. Así las cosas.
¿O no?
Infierno humillante
A manos de los Diablos Rojos del Toluca, el martes por la noche se escribió, con letras de oro, una humillación más a los fanáticos del Puebla de la Franja, no al equipo ni a la directiva, a los que compran la camiseta, los que van al Cuauhtémoc a “hacer el gasto”, echarse una cemita, una chelita, una botana. Esos fans que cada que juega de local, van a apoyar con cantos, porras y gritos a la escuadra. Un marcador 5-0 en contra duele, y más por la forma: un equipo sin alma, sin pena, deshonesto, burdo… Parece que el conflicto que hubo entre el hijo del “Chepo” de la Torre y el uruguayo Facundo Waller, ya afectó al vestidor, lesionando desde las entrañas el desempeño de los jugadores. Esperamos que esa directiva, que no pitcha, ni cacha, ni deja batear, no tome una determinación salida del hígado. Lo que sí, a La Franja le hace falta una limpia. Mínimo.
¿O no?