¿Es neta? Análisis de un texto sobre la contratación de personal | El Rincón Bibliófilo



Por: Fernando Reyes Baños

Navegando el otro día por Internet, específicamente en la página de un grupo alojado en una conocida red social enfocada a la oferta y demanda laboral, me encontré con una publicación que llamó mi atención.

Su autor, anónimamente, refería que la finalidad de su escrito era “(…) hacer conciencia en cuanto la oferta y contratación de personal”, misma que “(…) sin duda pone en desventaja a muchas personas que están en búsqueda de trabajo”.

Como resulta evidente, este último comentario engloba no a una parte de tales procesos, sino al conjunto de todos ellos, a los que atribuye ser la causa de que muchas personas que buscan empleo presenten alguna desventaja en relación con esa oferta y demanda laboral, razón por la cual, consideré oportuno hacer un análisis de dicha publicación.

Con este objetivo, me parece prudente hacer algunas acotaciones previas: en primer lugar, intenté que mi postura personal con relación a lo escrito por el autor anónimo del post fuera neutral, porque mi intención, más allá de tomar partido por alguna de las partes implicadas (quienes ofertan y quien, en este caso, demanda), es “sacudir” un poco sus señalamientos a fin de sacar alguna lección productiva para el presente análisis.

En segundo lugar, por respeto a la realidad del escrito hallado, puse entre comillas todo lo publicado por el autor anónimo (7 viñetas y algunos comentarios alusivos a éstas), indicando de esta manera que estoy transcribiendo su texto tal cual lo encontré en el sitio referido.

En tercer lugar, y siendo la única excepción a lo anterior, solo alteré el orden en que tales viñetas aparecen en el texto original, con el único propósito de explicar, con cierto didactismo, mis propios señalamientos.

Y en cuarto lugar, el presente artículo es solo una opinión, más o menos fundamentada, sobre el tópico del que se ocupa, por lo que queda en usted, estimado(a) lector(a), determinar si está más o menos de acuerdo con lo que se expone aquí.

Dicho lo anterior, comencemos…

El punto de partida del texto aludido es el siguiente párrafo:

“Imagínate no haber tenido la posibilidad de estudiar cuando era el momento, porque no tuviste los medios necesarios y lo haces ya después y logras hacer una carrera con mucho esfuerzo y empezar tu búsqueda de trabajo en donde te encuentras con esto:”

Hagamos aquí un primer paréntesis: la persona en cuestión describe una situación que, probablemente, han vivido muchos connacionales hasta el día de hoy, es decir, como no le fue posible estudiar una carrera a la edad en la que muchos jóvenes comienzan sus estudios universitarios (inmediatamente después de haber terminado la preparatoria o el bachillerato), pospuso su preparación hasta que tuvo la oportunidad (y los medios necesarios) para estudiar una carrera, lo que me hace suponer que el narrador es una persona que ha trabajado desde joven ya que por eso, justamente, no le fue posible estudiar “cuando era el momento”.

Lo anterior es una situación muy común. Yo mismo, en distintas etapas de mi vida, he estudiado y trabajado al mismo tiempo. Con frecuencia, la población de estudiantes de universidades completamente en línea es un ejemplo de ello (como es el caso, por citar uno entre varios, de la Universidad Abierta y a Distancia de México).

La parte que me inquieta un poco es la última cuando, expresándolo en segunda persona gramatical, implica que solo hasta que terminó su carrera empezó su búsqueda de trabajo… ¿Por qué espero hasta el final de sus estudios universitarios para buscar trabajo?

Lo anterior parecerá una arbitrariedad, pero recordemos que, según deja entrever el texto citado, el autor anónimo terminó su carrera a una edad por arriba de la edad promedio a la que suele hacerlo la mayoría de los jóvenes, razón por la cual, se esperaría que se tratara de una persona con experiencia en un ámbito específico, con ciertas miras a ocupar un mejor puesto de trabajo en ese ámbito y con la intención de expandir sus horizontes no solo laborales, sino también profesionales en plazos acordes con un proyecto personal de vida, todo lo cual, marca una diferencia en contraste con la arbitrariedad aludida.

En cualquier caso, esta última frase es importante porque es con la que el autor anónimo abre paso a una serie de viñetas con las que esgrime sus mordaces, pero certeros señalamientos sobre la oferta y la contratación de personal que, según afirma, pone en desventaja a muchas personas que buscan empleo.

Pasando ahora a revisar esas viñetas, adviértase que el autor anónimo, así como yo cito sus palabras para luego comentarlas, también cita las palabras de otros, en este caso, ofertas de trabajo procedentes de fuentes no especificadas, para de igual modo comentarlas (encerrando tales comentarios entre paréntesis):

Viñeta 1.- “Se solicita empleado no mayor de 25 años con experiencia y carrera concluida (25 años? Es neta y la gente de 26 en adelante que, es obsoleta?)”.

Viñeta 2.- “Se solicita personal no mayor de 35 años con o sin experiencia. (35 años? Es neta, a caso uno de 36 en adelante no tiene capacidad para desempeñar esa función?)”.

Comento al mismo tiempo las dos primeras viñetas porque ambas se refirieren a la misma problemática, es decir, a una barrera que restringe o disminuye la probabilidad de inserción de la persona que busca una oportunidad laboral, en este caso, la edad.

Mi hipótesis es que, si fue el autor anónimo quien en su búsqueda de trabajo halló estas ofertas, probablemente, tenga alrededor de 40 años y, con justa razón, se sintió excluido cuando objeta la barrera que, a su juicio, le impide tener las mismas oportunidades, deberes y obligaciones que una persona más joven a la hora de postularse a esas vacantes.

Viñeta 5.- “Se solicita encargado de tienda de ropa. Mujer. Activa y con ganas de trabajar. Sueldo semanal $2000 mas una comida. (No solo las mujeres pueden ser encargados de tienda, hay hombres responsables no se debe generalizar)”.

Problemática similar a la anterior, pero referida, en esta ocasión, al género del buscador de empleo. Valdría la pena citar, en este punto, la definición de inclusión laboral de la STPS: reconocimiento de que todas las personas tenemos habilidades y potencialidades propias que nos distinguen de los demás, razón por la cual, las organizaciones (entre ellas, las que ofertan trabajo) deben brindar una diversidad de respuestas y acciones que procuren facilitar, con equidad, la inserción de los candidatos al mercado de trabajo, es decir, en igualdad de oportunidades.

Según esta definición, resulta comprensible porque el autor anónimo se sintió excluido de esta oferta de trabajo (¿Básicamente? Porque, en cuanto hombre, se sintió discriminado): “(…) ser mujer o ser hombre no tendría que suponer ventajas ni desventajas para desarrollar un proyecto personal de vida (a través del trabajo)” (OIT).

No obstante, a pesar de todo lo dicho anteriormente, cabría esperar que alguien se preguntara, ¿qué procedería si, en el caso descrito, se tratara de una tienda de ropa femenina? Si tal fuera el caso, ¿ese solo aspecto justificaría que la tienda buscara contratar solamente mujeres? Para la empresa, por su experiencia acumulada en el ramo, por las referencias que ha recopilado de casos similares, por la cultura de trabajo que desea prevalezca en su organización y/o por su política como empresa, probablemente, la respuesta sería un rotundo sí, pero… como le escuché decir muchas veces al director de Neurona Digital; DEPENDE; en cualquier caso, el autor anónimo no dejó más detalles acerca de esta cuestión. 

Viñeta 3.- “Se solicitan personas para el área de (cualquier área), sueldo semanal $1400 (Gastas de comida y pasaje a la semana 680, cuanto queda?)”.

Viñeta 4.- “Solicitamos personal responsable para el área de ventas no mayor de 25 años con experiencia y ganas de trabajar, sueldo semanal de $1250. (25 años y con experiencia y un super sueldo semanal de $1250, es neta? Las personas mayores de 25 no aplican, acaso son incapacitadas para vender? Y el sueldo que onda, se va en pasajes y comidas)”.

Nuevamente comento, de manera conjunta, las viñetas 3 y 4 porque ambas aluden a la misma problemática, es decir, lo concerniente al salario: mientras que, en la primera oferta, el autor anónimo refiere un salario semanal de $1,400 pesos, es decir, $5,600 pesos al mes (cantidad que se reduce casi a la mitad si le restamos lo que destinaría a comidas y pasaje); en la segunda oferta, el salario semanal referido ($1,250 pesos) suma al mes $5,000 pesos (cantidad que, evidentemente, se reduce drásticamente una vez que le restamos el gasto en comidas y transporte).

Considerando que, según la STPS y El Financiero, el salario mínimo promedio mensual para el año 2024 es de $7,572 pesos, el salario que tales empresas tendrían que pagar por semana sería de $1,877 pesos, cantidad que al restarle lo que el trabajador gastaría en comidas y transporte, por no citar otros gastos, tampoco lo hace lucir muy competitivo, ¿verdad?, salvo, quizá, que las empresas ofertantes lo compensaran con otros beneficios, por ejemplo, con prestaciones superiores a las de la ley; en cualquier caso, con tan solo pagar el salario mínimo bastaría para ubicar a esas ofertas laborales y a esas empresas dentro de cierta norma, lo que en contraste con lo referido por el autor anónimo, representaría un avance, pequeñito, pero avance al fin y al cabo.

En estas mismas viñetas, además de la problemática de la edad (ya discutida con anterioridad), hay un detalle que no sé a usted, estimado(a) lector(a), pero a mí me causa extrañeza: que en la viñeta 3, el autor anónimo no especifique a qué área se refiere la oferta, atribuyendo el salario de $1,400 pesos semanales a un área cualquiera.

Esta indeterminación para referirse a un puesto de trabajo asociado a un salario que está por debajo del salario mínimo podría confirmar que el autor anónimo hizo un ejercicio parecido al que yo mismo estoy haciendo con su escrito, lo que clarificaría porque resultan inconexos el párrafo inicial de su texto, donde expone que terminó su carrera de manera extemporánea, y los resultados de su búsqueda de empleo, que remiten a ofertas laborales como las ya citadas, cuya característica más problemática es hallarse enmarcadas en la informalidad.

Contrario a lo que las apariencias señalan, no habría razón suficiente para dudar que el autor anónimo haya estudiado una carrera tardíamente y que, efectivamente, represente para él todo un desafío colocarse en un puesto de trabajo acorde con su perfil, ya que, en nuestro país, el promedio de afinidad entre la ocupación de los profesionistas y los estudios que realizan es del 77.1 %, mientras que el 46.1 % de los profesionistas que se ocupan en el área de Servicios trabajan en actividades diferentes a su formación profesional (ENOE, 2024).

Viñeta 6.- “Se solicitan vendedores, sueldo semanal $1400, horario de 9 am a 9 pm. Con o sin experiencia. (Es neta? 12 horas diarias por un sueldo de $1400 sin comida y sin otra prestación?)”.

Además de incumplir con la norma del salario mínimo, el autor anónimo denuncia una nueva problemática: la correspondiente a la norma que regula las horas de la jornada laboral.

Según lo informa el SNE a través de los talleres para empleadores que imparte mensualmente, existen tres tipos de jornada laboral: la diurna, con una duración máxima de 8 horas, mismas que pueden cubrirse entre las 06:00 y las 20:00 horas; la nocturna, con una duración máxima de 7 horas, las cuales, pueden cubrirse entre las 20:00 y las 06:00 horas; y la mixta, con una duración máxima de 7.5 horas, periodo que comprende periodos de tiempo en jornadas diurna y nocturna, siempre que el nocturno sea menor de 3.5 horas, ya que si comprende 3.5 horas o más horas, se considera jornada nocturna.

Como acotación a tomar en cuenta, considérese el Artículo 66 de la Ley Federal del Trabajo, según el cual, la jornada de trabajo puede prolongarse por circunstancias extraordinarias, siempre y cuando no se exceda de tres horas diarias ni de tres veces en una semana. Así pues, con ese salario, el autor anónimo tiene mucha razón por exaltarse y denunciar.

Viñeta 7.- “Se solicitan vendedores responsables. Requisitos (son como diez requisitos entre ellos la carta de antecedentes no penales que vale más de $300 pesos y se sabe que cuando buscas empleo es porque no tienes recursos y te la exigen para poder entrar y el sueldo que ofrecen es de $1400 semanal. Es neta?)”.

Obviando la problemática concerniente al salario (que ya discutimos antes), mi comentario es el siguiente: ciertamente, resulta curioso que, para un trabajo de vendedor, una empresa pida como requisito tramitar la carta de antecedentes no penales, siendo, quizá, la única excepción que la empresa tenga previsto que los vendedores contratados manejen fuertes cantidades de dinero; fuera de esta atipicidad, no habría motivo para no ser críticos con una empresa que busca trabajadores siempre y cuando sus candidatos presenten, como requisito para su contratación, una carta de antecedentes no penales.

Como nota aclaratoria sobre la expedición de este documento, el pago por tramitarlo, como el lector(a) podrá cotejarse en fuentes como Tramitessat, El Sol de México y Adn40, oscila entre los $197 y $212 pesos, y entre los supuestos por los que se extiende dicha constancia, tenemos: cuando es requerida por una autoridad administrativa o judicial, como requisito para ingresar a instituciones de seguridad pública o privada, para desempeñar un empleo, cargo o comisión en el servicio público, entre otros.

Hasta aquí, me parece, que el panorama que mi análisis ha bosquejado para los buscadores de empleo es complejo, principalmente, por el trabajo que está pendiente por hacerse con las instancias que ofrecen oportunidades laborales, a saber: que sean más inclusivas, que tengan mayor sensibilidad con las necesidades de las personas que buscan integrar a sus equipos, que depuren una metodología de perfilamiento de sus vacantes que atienda a las competencias que realmente requieren para sus puestos de trabajo, entre otras aristas, pero, mucho me temo, que el buscador de empleo tampoco se salva de pasar por el tamiz que cimbre sus ideas, a fin de que se coloque en una posición más ventajosa a la hora de buscar trabajo. Sirva de ejemplo, mi siguiente apunte:

Leyendo la última viñeta, resulta curioso que el autor anónimo afirme “se sabe que cuando buscas empleo es porque no tienes recursos”, entonces: si antes tenía recursos era porque tenía trabajo y ahora que no tiene trabajo no tiene recursos, por tanto: busca trabajo para tener otra vez recursos.

Lo anterior parece una tautología (un revoloteo de palabras que no llevan a nada), pero entiéndaseme: uno busca trabajo por diferentes motivos, pero a menos que la persona viva una situación particular que le permita tener recursos de otra manera: negocio propio, vivir de sus rentas, haber heredado una fortuna, ser beneficiario de cuantiosos apoyos económicos, etcétera, en este sistema económico (para bien o para mal), el trabajo es parte inherente de la vida productiva, es decir, se busca trabajo para vivir y cubrir las necesidades más apremiantes, y si nuestras circunstancias nos lo permiten, necesidades que propicien mejorar nuestras condiciones de vida, pero también es una oportunidad de realización profesional y personal, algo en lo que la persona se especializa, se vuelve experta hasta el punto que no solo trabajará para cubrir necesidades básicas, sino también necesidades que apuntan a la realización del individuo por cuanto tiene de suyo como ser humano, pero, de acuerdo a los términos del autor anónimo, pareciera que las personas trabajan para hacerse de algún recurso solamente, ¿y luego qué? ¿Dejan de trabajar hasta que se les termine ese recurso para luego otra vez buscar trabajo? Perdón, pero semejante secuencia no refleja un comportamiento muy confiable, ¿o sí?

Luego entonces, parece también comprensible que algunos empleadores prefieran poner tantos requisitos con tal de encontrar no solo a un trabajador responsable, que cumpla con la encomienda laboral, sino también a una persona confiable, que no desaparezca con todo y el uniforme de la empresa después de una semana de haber entrado a trabajar.

El texto hallado en redes sociales termina con las siguientes líneas:

“UN DIA OI DECIR A UNA PERSONA, TRABAJOS HAY LO QUE NO HAY ES TRABAJADORES RESPONSABLES!!!”

“Con esos sueldos y horarios quien se va a meter a trabajar 12 horas y sin comida, ni otras prestaciones!!”

¿La neta? Creo que ni yo mismo podría redactar mejores palabras para concluir este artículo que las empleadas por este buen hombre.

Editor: Fabián Sánchez

Copyright © 2024 MGM Noticias.  Todos los derechos reservados.