La mano temblorosa | Tremores



Tremores

Tremores. Cuando no hay congruencia, o coherencia, se nota. Esto le pasó al otrora poderoso Miguel Ángel Yunes Linares, cuando en el pasado reciente, junto a la maestra Elba Esther Gordillo Morales, hacía y deshacía a sus anchas, con total y absoluta impunidad. El ocaso de un político se nota en el temblor de manos que quedó evidenciado en los videos que circulan en redes sociales, cuando desde lo alto de la tribuna de la Cámara Alta, rindió protesta como senador suplente de su cachorro, en medio de la puja por conseguir los votos necesarios para aprobar la Reforma Judicial. La mano temblorosa evidencia que no hay congruencia en lo que piensa y dice, y su cuerpo refleja; no hay tampoco coherencia. Es la quintaesencia de un político que siempre ha vivido en el poder, y ahora, obligado por las circunstancias, traicionó a los suyos. Por lo menos dio la cara, su hijo ni siquiera pudo con la presión.

¿O no?

Relevo legislativo

No sólo en el Ejecutivo hay armonía y prácticamente una luna de miel política en la transición gubernamental, sino en el Poder Legislativo, donde parece haber también abrazos de caguamo, selfies, sonrisas… buena vibra, pues. Ya nombrada la próxima Mesa Directiva, hay reaparecidos, reaparecidas en la escena política, revividos. Como en la viña del Señor, hay de todo: grises, blancos, negros, rosas, naranjas, guindas, azules, verdes. La próxima Legislatura va tomando forma, la primera con mayoría absoluta de Morena y sus aliados, el PT y el Verde. MC rescató una pluri, el PAN va a tener su peso específico como fuerza opositora, y el PRI no alcanza para casi nada. Ayer, las próximas diputadas y diputados se tomaron la foto con los que serán sus antecesores, y la buena vibra, como dijimos, pululó en el ambiente.

¿O no?

Foto: Alejandro Cortés.

Mensajes sicilianos evolucionan

Lo que sucedió el lunes por la mañana a las afueras del C5 es algo grave que debe prender las alertas en todos los niveles policiacos y de gobierno. Parece que estamos ante la evolución de los mensajes que se mandan entre las mafias para declarar la guerra, arrebatar territorio o meterse en el mercado ilícito. Hace unos años, las bandas italianas mandaban cabezas de animales a los rivales para avisarles que estaban marcados. Ahora, los grupos criminales dejan restos en hieleras. Con un componente que suena más a un reto: dejarlo a las afueras de donde se monitorea la seguridad de la entidad. Cada bando está echando sus cartas. La autoridades deben estar atentas a estos avisos, que no son más que declaraciones de intenciones.

¿O no?

“No hagan caso, son Tremores, son Tremores”

Editor: Fabián Sánchez

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