Casa Aguayo: mudo testigo de la historia
Casa Aguayo no tiene fecha exacta de edificación. Su historia señala que podría haber sido levantada en el siglo XVI o en el XVII.
Algo es cierto, sus inicios están muy alejados de la sede del poder que hoy representa para los poblanos.
Ubicada en la avenida 14 Oriente, en la tierra que sirvió para la fundación de la Angelópolis, existe certeza del nombre de su primer dueño, Juan Martínez de Aguayo, capitán y regidor que tuvo su residencia en Puebla, en el siglo XVII.
En esos tiempos, el inmueble era utilizado para guardar granos y cerdos, motivo por el que también se le conoció como “La Marranera”.
Casa Aguayo tuvo propietaria en el siglo XVIII. Entonces apareció el nombre de Micaela Pérez de Aguayo, que, por el solo apellido, se piensa que sería familiar del dueño original.
Los Baños de Armenta, que hacían honor a su nuevo titular, Francisco Armenta, también hicieron famoso a este sitio. Mientras una parte era utilizada por un temazcal, el otro funcionaba como hospedaje para veteranos del Ejército Mexicano en el siglo XIX.
El inmueble tuvo su momento de gloria durante la guerra entre México y Francia, ya que sus paredes sirvieron como cuartel militar del Ejército de Oriente que se enfrentó a los galos en los Fuertes de Loreto y Guadalupe, a pocos metros de ahí.
Originalmente, la Fuente de San Miguel, que actualmente está en el Zócalo, se encontraba en las afueras de la Casa Aguayo.
Nuevos tiempos
Una vieja foto de Casa Aguayo, quizás de mediados del siglo XX, muestra su fachada descuidada, con una tienda en una de sus esquinas y un gran anuncio de Pepsi.
Nadie imaginaría que unas décadas después el sitio sería rescatado para ser un Edificio del Poder en una de las zonas más populares de la ciudad, pero también de mayor tradición: el Barrio de El Alto.
En 1987, durante la administración del gobernador Mariano Piña Olaya, sirvió de oficinas, pero no fue hasta el periodo de Melquiades Morales Flores (1999-2005) que fue restaurada en su totalidad con apoyo de la Fundación Mary Street Jenkins.
Con Rafael Moreno Valle Rosas (2011-2017), las oficinas quedaron relegadas ante la modernidad del Centro Integral de Servicios, que fue construido en una de las zonas más exclusivas de la capital: Angelópolis.
Sin embargo, en 2019, con la llegada al poder de Miguel Barbosa Huerta, el primer gobernador de la Cuarta Transformación, Casa Aguayo nuevamente se convirtió en la sede del Poder Ejecutivo. Ahí implementó el programa Martes Ciudadano, donde el propio mandatario y funcionarios de primer nivel atendían a la ciudadanía.
Ampliada y demolida, olvidada y rescatada, otra vez sirvió para reuniones, eventos oficiales y conferencias de prensa. Desde ahí, el expresidente del Senado enfrentó una de las épocas más difíciles para la humanidad y los poblanos: la pandemia del Covid-19.
Además, fue en el 2022 la sede del Grito de Independencia, usando uno de sus balcones, con una campana en la parte frontal de Casa Aguayo. Afuera, a pesar de la pandemia, los poblanos se congregaron.
El 13 de diciembre de 2022, Miguel Barbosa Huerta murió por causas naturales. Al día siguiente, Casa Aguayo se convirtió en una capilla ardiente.
Sus puertas se abrieron para recibir al presidente Andrés Manuel López Obrador; la hoy mandataria electa, Claudia Sheinbaum Pardo; funcionarios federales, legisladores de todos los niveles, alcaldes y alcaldesas, y personas en general, que asistieron a la ceremonia de cuerpo presente de Barbosa Huerta.
No se conoce el uso que tendrá en la administración de Alejandro Armenta, luego de que el gobernador electo anunció que despachará desde el tradicional Palacio de Gobierno, ubicado en avenida Reforma 711, cuando comience su sexenio el 14 de diciembre de 2024.