Simulación nachista | Tremores

Tremores. No, no era el consentido del presidente. No, no está en la órbita de la presidenta electa. No, no hubiera sido gobernador. ¿Por qué? Dos pifias (hay más, muchas más pero necesitaríamos unos terabytes para numerarlas) lo marcaron: los miles de espectaculares por el estado para ser candidato (¿quién pompó?), y haber abierto de más la boca, tanto que provocó el bajón del peso frente al dólar. Otra más que comenzó el alejamiento: querer imponer a sus hijos en puestos de poder. Sí, está alejado del primer círculo, del segundo y hasta del tercero de Claudia Sheinbaum. Tendrá poca interlocución, y ni hablar de ir a la Chingada, la hacienda de Andrés Manuel López Obrador, donde ya no habrá derecho de picaporte. Puras simulaciones nachistas.
¿O no?
El derrumbe
La debacle comenzó cuatro días después de las elecciones del 2 de junio, específicamente el 6. El día 5, el dólar rondaba los 17.53 pesos. Todo iba bien, los mercados respondieron positivamente al triunfo de la primera mujer presidenta de México… Hasta que abrió la boca Nachito. En un ambiente que empezaba a polarizarse, se le ocurrió decir que, desde su posición como coordinador de la bancada de Morena en San Lázaro, iba a acelerar la aprobación de la Reforma Judicial de AMLO. No hay nada peor que un Nacho con iniciativa. A las pocas horas, el dólar ya había pasado el bracket de los 18.00 pesos y la bolsa de valores sufrió una caída de la que no se ha recuperado. Es más, la moneda mexicana sigue cayendo por la presión internacional a, efectivamente, la Reforma Judicial. Al día siguiente, el 7 de junio, los analistas financieros no bajaban de imprudente la declaración del poblano Mier. Dicen que en Palacio Nacional el manotazo en la mesa fue tan sonoro que se escuchó hasta Tecamachalco. Quiso enmendar la plana, le recuperó 4 centavos al peso, pero no fue suficiente: perdió 40 centavos en total y el simulador Nachito, la Presidencia del Senado.
¿O no?

Suben la apuesta
En la medida en que la narrativa de la oligarquía no impacta de la forma en la que pretenden, las amenazas comienzan a subir de tono. Luego de que el paro de trabajadores del Poder Judicial fuera prácticamente ignorado por el pueblo (AMLO, dixit), pues se sumaron los mismo de siempre; que el vocero de las empresas gringas no generara la reacción que querían, con el argumento de que la Reforma Judicial provocaría incertidumbre a los inversores y, al contrario, la animadversión al establishment creció de tal forma que sacaron la bandera blanca al presidente. El tipo de cambio seguirá siendo el termómetro de la relación con Estados Unidos, no está en el mejor de los ánimos (esa sí es la referencia), y ahora la narrativa se dirige a la culpabilidad de una futura recesión global en 2025. Hay que recordar que estas gentes no tienen escrúpulos y harán todo lo posible por conseguir sus fines. Aunque pisoteen al pueblo de México.
¿O no?
“No hagan caso, son Tremores, son Tremores”