Morena, el Poder Legislativo y la Revolución Constitucional en Marcha | Entre ruidos y señales



Por: Ricardo Martínez Martínez

Después de un intenso debate sobre si Morena estará o no sobrerrepresentada en el Congreso de la Unión, el viernes 23 de agosto, el Consejo General del INE aprobó el acuerdo correspondiente a la asignación de diputaciones federales y senadores por el principio de Representación Proporcional (RP).

No se trata de un asunto menor. La discusión sobre las mayorías en ambas cámaras para Morena es crucial, en tanto forma parte de una agenda legislativa que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha heredado a su sucesora, Claudia Sheinbaum, con el objetivo de consolidar, en materia constitucional, el “segundo piso” de la Cuarta Transformación.

Y es que, una vez lograda la frontera del Congreso de la Unión en materia de efectividad política, se presentará un interesante desafío para los Congresos Estatales, toda vez que, conforme al artículo 135 Constitucional, para modificarla, una vez aprobadas por el voto de las dos terceras partes de las dos Cámaras del Congreso de la Unión, las reformas o adiciones habrán de ser aprobadas por la mayoría absoluta, es decir, 17 de las legislaturas de los estados.

De ahí lo relevante del anuncio dado por el INE respecto a los diputados y senadores asignados por el principio de representación proporcional. En esencia, de los 500 legisladores que conforman la Cámara de Diputados, la alianza de Morena, el PVEM y el PT contará con 364 diputaciones federales. Los partidos opositores, PRI, PAN y PRD, en conjunto, tendrán sólo 108 legisladores.

Si partimos de que la agenda legislativa inmediata, como parte del Plan “C”, versará sobre las modificaciones a la Constitución, y que para esto se requiere el voto de las dos terceras partes de los diputados (334 votos), Morena, con el apoyo de sus aliados, tiene superada dicha barrera.

En lo que respecta a la Cámara de Senadores (128 senadores), para disponer de mayoría calificada, Morena y sus aliados necesitaban un total de 85 legisladoras y legisladores para superar los tres tercios de 128 escaños. No obstante, tendrán 83 senadores, a sólo dos votos necesarios para lograr su objetivo y seguir adelante en la aprobación de modificaciones constitucionales.

¿Cuál es el panorama de Morena a nivel estatal?

Positivo en términos generales, ya que de los 32 estados que conforman nuestro país, la coalición formada principalmente por Morena, PT y PVEM tiene la mayoría simple en dos entidades (Jalisco y Zacatecas), la mayoría absoluta en tres (Campeche, Querétaro y Yucatán), y la mayoría calificada (dos terceras partes o más de las curules) en 20 entidades (Baja California, Baja California Sur, Campeche, Ciudad de México, Chiapas, Colima, Guerrero, Hidalgo, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa, Sonora, Tabasco, San Luis Potosí, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas).

Por lo tanto, desde la política interna a nivel estatal, cuando los Congresos locales se erijan como figura Constituyente para aprobar o no los proyectos de decreto de reforma constitucional, será necesario, además de la generación de acuerdos y consensos, en tanto la posición de poder actualmente ejercida por Morena, una mirada profunda a la eventual implementación y al impacto que tendrán en las realidades locales los proyectos del segundo piso establecidos por la eventual presidenta de la República.

Finalicemos poniendo un poco de perspectiva a todo esto. Hace más de dos milenios, entre los años 335 y 322 a.C., Aristóteles llegó a dos conclusiones en su famosa obra denominada “Política”.

Su primera conclusión fue: “la pobreza y la riqueza constituyen la verdadera diferencia entre la democracia y la oligarquía”. La segunda, igualmente importante, remataba: “cuando muchos poseen mucho y otros nada, lo mismo puede surgir una democracia extrema que una oligarquía pura”.

Es necesario decirlo: en México, donde muy pocos poseen mucho y muchos poseen muy poco, nuestra agonizante Constitución de 1917 ha devenido en una serie de parches que favorecían de facto un sistema oligárquico que presagiaba un estallido social.

¿Se trata estas modificaciones de asumir a la Constitución como un proyecto revolucionario? Las discusiones que se avecinan nos revelarán en qué sentido está planteado el futuro de México y qué proyecto de Nación está en juego.

Editor: Fabián Sánchez

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