Sobre hombres y dioses: un viaje en el tiempo con Noah Harari | El Rincón Bibliófilo
Por: Fernando Reyes Baños
Un texto de divulgación muy conocido hoy en día, que augura para el lector una inmersión sin tantas complicaciones, es “Homo Deus”, de Yuval Noah Harari.
Admito que al principio tuve la impresión de que el autor se repetía, porque su línea argumentativa se parecía a lo que, in extenso, había abordado en su libro anterior, Sapiens, pero no… tan pronto rebasé el primer capítulo de “Homo Deus”, me percaté de que estaba en un error: según yo, lo que Harari pretende lograr con este libro, tal y como lo sugiere el subtítulo del mismo (“Breve historia del mañana”), es una conjetura más o menos viable sobre lo que nos depara el futuro, especialmente a nuestros descendientes, para lo cual, usa como estrategia retroceder varios pasos en la historia de la humanidad, impulsarse en momentos que considera cruciales, para luego saltar en el trampolín del presente y avanzar varios pasos hacia lo que podría ser un horizonte probable para nuestra especie, estrategia que usa frecuentemente a la par que, ubicándose en distintas plataformas temáticas, aprovecha para compartirnos reflexiones, preocupaciones e interrogantes que considera importantes que todos nos hagamos sobre lo que podría ocurrirnos en los años venideros, particularmente, cuando algunos de esos cambios (o consecuencias) podrían ser irreversibles.
Partiendo de lo anterior, aunque “Homo Deus” parezca otro libro de historia del mundo, debido a que su autor recurre en demasía a recursos provenientes de esta disciplina, cabe considerar que la inclusión de tales referencias probablemente fue necesaria como marco para auspiciar una prospectiva sostenible; de hecho, el autor advierte, como adelantándose a la complejidad de su tema, la necesidad que tuvo de recurrir a diferentes lupas a la hora de tamizar las muchas aristas involucradas con esa complejidad, por lo que, además de la historia, tomó elementos también de la economía, la política, la sociología, la antropología, la biología, la informática, las neurociencias, la religión y la ciencia, en general.
En “Homo Deus”, con un estilo acorde con la divulgación científica (ameno y sencillo), Noah Harari aborda diferentes temas, entre ellos: los grandes males de la humanidad (tales como el hambre, las enfermedades y la guerra, entre otros) y lo que hemos hecho a través del tiempo para contrarrestar (o disminuir) de algún modo sus efectos, las relaciones que hemos establecido con el resto de los animales con los que compartimos el planeta, la historia de cómo construimos un mundo que sacraliza el humanismo (lo que, paradójicamente, nos pone en una encrucijada a la hora de pretender alcanzar aspectos como la felicidad o la vida eterna) y las implicaciones que avances científicos como la ingeniería genética y la IA podrían traernos para el futuro.
Como el lector logrará entrever, el libro trata muchos temas, todos muy interesantes, pero entre éstos hubo tres que llamaron poderosamente mi atención:
El primero, y que Harari acentúa también en Sapiens, concierne al mal trato que, en general, los humanos hemos dado al resto de los animales a lo largo de la historia, razón por la cual, el autor explora la cuestión de si en verdad Homo sapiens es tan especial en relación con otras especies o si todo depende de las ficciones que nosotros mismos hemos construido respecto a nuestro lugar en el mundo (homocentrismo), atribuyéndonos injustificadamente nuestro derecho a gobernarlo de acuerdo a nuestros intereses y necesidades;
El segundo, tiene que ver con el surgimiento hipotético de una nueva especie de humanos, el Homo deus, súper hombres que serán, en todos los sentidos, mejores que nosotros (más inteligentes, casi perfectos físicamente, con una longevidad insuperable y una predisposición inducida a experimentar felicidad)… ¿y quiénes serán, exactamente, los que tendrán el privilegio de ser estos súper hombres?
Obviamente, quienes posean todos los recursos económicos y materiales, siendo ésta de hecho, la condición sine quanon para pertenecer a esta élite divina, en contraposición con el resto de los seres humanos, quienes paulatinamente se distanciarán no solo de la posibilidad de beneficiarse de cualquiera de estas ventajas, sino que perderán, incluso, el lugar que hasta entonces habían ocupado en el mundo… de ahí, justamente, la importancia de reflexionar sobre cómo nos relacionamos, en la actualidad, con el resto de los animales del planeta, es decir, ¿sería justificable también que en el futuro Homo deus trate a Homo sapiens como nosotros ahora tratamos al resto de los animales?; y
El tercero, se relaciona con el ocaso del humanismo, lo que daría cabida a un nuevo paradigma: el dataísmo, para el cual, todo organismo sería concebido como un algoritmo bioquímico que vendría siendo parte, de un modo u otro, de un procesador de datos universal, por lo que el valor de cualquier algoritmo, sea orgánico o no, consciente o no, vendría dado por el flujo de información que permitiera circular para beneficio del sistema; dicho paradigma, probablemente representaría para los científicos el punto de convergencia referido por Peter Watson hace ya varios años (en su libro “Convergencias”, publicado por Crítica, en el año 2017), aunque tristemente para Homo sapiens equivaldría también a la antesala de su extinción, en virtud de que se vería superado por algoritmos que harían fluir información de manera más efectiva, lo que inclusive haría tambalear a Homo deus, porque una vez que éste fuera descifrable por una inteligencia que lograra eliminar la escisión con la consciencia, ¿para qué haría falta como parte del sistema?
¿Parece una obra de ciencia ficción al estilo de Isaac Asimov o Frank Herbert? Quizá, pero tengamos presente que muchas prospectivas que se aventuran a visionar más allá en el tiempo a partir del presente pueden causar, a primera vista, esa impresión.
En cualquier caso, Homo deus es libro muy recomendable, que no pretende aportar todas las respuestas, sino por el contrario, plantea dejar en el lector preguntas y horizontes posibles para hacerle ver, dentro de toda la vorágine de información que transita cacofónicamente en la red, qué temas pueden ser significativos y merecedores de ser atendidos hoy, cuando todavía estamos a tiempo de darnos cuenta de lo que está pasando en nuestro mundo.