Aguas con el apoyo fachista | Tremores
Tremores. El que personas impresentables se sumen a causas ciudadanas hace que se perviertan. Y aunque digamos que justa, justa, justa la causa, pues no, pero legítima sí. Es lo que pasó ayer en la CDMX, donde Guadalupe Acosta Naranjo, fachista que militó en la izquierda, se sumó al paro laboral que llevan a cabo empleados del Poder Judicial federal en las 32 entidades del país. Sí, el impresentable no es este personaje de la picaresca, sino un poblano, el expanista, expriista, excalderonista y exmorenovallista, Javier Lozano Alarcón. No manches, señores, señoras. ¿Acaso no se han dado cuenta que cada cosa que toca este personaje lo pervierte? ¿No se acuerdan de que fue Lozano quien echó a la calle a empleados de Luz y Fuerza del Centro como secretario del Trabajo? A buen árbol se arriman. ¡Aguas con la cartera!
¿O no?
El fin es diferente
El que Acosta Naranjo, Lozano Alarcón y demás fachos, como Claudio X. González, entre otros, se estén sumando a la causa del Poder Judicial federal, no es porque les interese proteger a los trabajadores, a los juzgadores, o hasta los ministros. No. Lo dijimos el número pasado y lo repetimos: buscan mantener sus privilegios. Ah, y otra cosa, están buscando militantes para el nuevo partido, el que suplirá a la alianza Fuerza y Corazón por México. Ya no será PAN, ni PRI, obvio que ni PRD, pues c’est fini. Y ¿cómo lo conformarán? Mediante ese bodrio llamado Frente Cívico Nacional, con la batuta de la élite empresarial que se beneficia de las resoluciones judiciales para no pagar más impuestos. Así es, buscan militantes. La lucha contra la 4T continúa.
¿O no?
¡Que se acabó la fiesta…!
Un dato que dio ayer el presidente municipal de Puebla, Adán Domínguez Sánchez, deja mucho que pensar. Que en lo que ve del trienio han sido clausurados 822 antros, bares, restaurantes y demás fauna alcohólica y festiva. ¿Porqué? Pues por varias cosas. En primer lugar, acaba de aprobarse la reforma al reglamento sobre el cierre de estos establecimientos, a lo cual se opusieron, of course. Esto aplicará también a las tiendas que expendan bebidas espirituosas. Otro tema en la palestra es el de la inseguridad, que ha incrementado con el tiempo, como ha sucedido en zonas del estilo de Lomas de Angelópolis. También está la era postpandemia, que provocó una andanada de comercios irregulares con venta de alcohol. Es decir, cualquier persona podía abrir su cochera y vender micheladas sin freno alguno. Y otro es porqué los dueños de antros, bares y demás no ponen sus cosas en regla antes de andar haciéndola de jamón por una ley que, sí, los afectará, pero que se ha vuelto un tema de atención social.
¿O no?