Daniela Mier, Ariadna Ayala y la derecha radical que quiere ser partido político en México



Ariadna Ayala _Facebook
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El desliz cometido por Daniela Mier y por Ariadna Ayala, par de mujeres “identificadas” con la izquierda en el país al ser, no solo afines al lopezobradorismo, sino, también representantes populares cobijadas por Morena y PT, al acudir a la IV Cumbre Internacional Contra la Trata de Personas, en Washigton DC, Estados Unidos, organizada por la agrupación de ultraderecha, Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) es –por decirlo lo menos– un asunto que va más allá de un simple despite o un acto de ignorancia por parte de la diputada local y de la alcaldesa de Atlixco.

La CPAC es una institución compuesta por grupos ultraconservadores de Estados Unidos con un historial a favor del nacionalismo, fascismo, racismo, patriarcado, discriminación e ideologías anti-derechos, que buscan incidir en la vida pública y política de México ahora de la mano de Donald Trumpo, quien se perfila para arribar de nueva cuenta a la Casa Blanca.

Desde sus últimos años como presiente de EEUU, Trump impulsó y auspició a la derecha radical en el país con la intención de formar un nuevo partido político similar a Vox, de España; Agrupación Nacional (antes Frente Nacional), de Francia; y al Partido Libertal, de Brasil.

El periodista Julio Hernández en su entrega de “Astillero” del pasado 16 de julio ya había advertido lo delicada y grave de la cada vez más frecuente presencia de la CPAC y la mano invisible de Donald Trump en la filias mexicana de esta agrupación fascistas y utraconservadora.

“Lo interesante no es Verástegui en sí, sino la insistencia de poderes económicos y políticos internacionales, potenciados por el fenómeno Trump en aparente vía irrefrenable de regreso a la Casa Blanca. Esos poderes, con sus figuras provenientes de diversos países, perseveran en asentar en México una cabeza de playa (término militar, éste, que se refiere a la colocación de piezas militares de avanzada en un punto enemigo o adverso, lo cual constituirá una puerta para el ingreso posterior del cuerpo masivo de las tropas).

La ultraderecha, pero fundamentalmente Trump, que es el financista y líder de lo que se anuncia como Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC: www.cpac.com), tratan de nuclear sus fuerzas en momentos electorales u organizativos específicos. El 20 y el 21 de noviembre de 2022 realizaron una sesión en un hotel de Santa Fe, en la capital mexicana, con la pretensión cumplida de impulsar a Verástegui como candidato presidencial (aunque el impulsado fue quien falló).

Ahora buscan promover la creación de un nuevo partido de extrema derecha, de abierto sentido confesional, que desplace a la derecha cobardita del Partido Acción Nacional y a su reciente figura izquierdista, Xóchitl Gálvez”.

Lo descrito por el director de La Jornada no debería tomarse a la ligera ni mucho menos pasar desapercibido para la presidenta electa Claudia Sheinbaum, quien está a tan solo dos meses de encabezar el nuevo régimen político de México, bautizado como el “Segundo Piso de la 4T”.

Coincido plenamente con Julio “Astillero”: nada que venga de Eduardo Verástegui debería tomarse en serio o prestársele la atención debida tras hacer el ridículo en las pasadas elecciones presidenciales no solo por exhibir su locura y su adicción crónica a los reflectores, sino, por abanderar un movimiento racista, demagogo y en contra de los derechos humanos.

Sin embargo no se puede perder de vista el contexto actual de las elecciones en Estado Unidos en las que un cada vez más radical Trump busca, otra vez a través del odio y la supremacía blanca, polarizar a nuestro vecino país –del que dependemos cada vez más– y al mundo entero.

El candidato del Partido Republicano designó como su compañero de fórmula J.D. Vance, como futuro vicepresidente. Este exmarine es más que un férreo enemigo de México, podría decirse que hasta ‘odia’ a nuestro país, además de que en el pasado propuso el uso del Ejército de Estados Unidos para combatir el narcotráfico en América Latina, es decir, una invasión nunca antes vista.

¿En serio nadie les advirtió a Ariadna Ayala y a Daniela Mier, quien además fungió como oradora de esta reunión ultraderechista, a dónde se fueron a meter?

Desde el 2022, La Ipas México ya había condenado el arribo de la CPAC en México y sus intentos de conformarse como un partido político que venga a reemplazar al PAN y a los extintos PES y Partido Humanista.

“Además de México Republicano, CPAC México también incluirá a actores políticos mexicanos de menor perfil, que cuentan con un historial de políticas e iniciativas ultraconservadoras en contra de los derechos reproductivos, la educación sexual y los derechos de personas LGBTI, tal es el caso de los exdiputados Elsa Méndez y Carlos Leal.

CPAC México es un proyecto multisectorial que articula a grupos políticos y organizaciones extremistas cuyos liderazgos tienen un historial de racismo, violencia y fascismo. Asimismo, perpetua los estereotipos de género y las desigualdades, así como la discriminación e intolerancia contra poblaciones específicas, incluidas las mujeres, la comunidad LGBTI, personas migrantes y los grupos históricamente marginados”.

La asistencia de la hija de Ignacio Mier y de la edil atlixquense no se puede quedar en un simple deslinde, debería ser expulsadas por Morena y el PT, además de que ellas tendrían (acción que no va a suceder) que ofrecer una disculpa pública a sus representados, correligionarios y a sus electores.

Qué peligrosa es la ignorancia de algunas mujeres que se dicen “fundadoras” o “compañeras” de López Obrador.

¿O será que Daniel Mier y Ariadna Ayala son las primeras lopezobradoristas que se quitan la máscara y se aceptan abiertamente como simpatizantes de la derecha más radical?

Que conste que es pregunta.

Gerardo Ruiz / @GerardoRuizInc

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